Después de nueve meses de guerra entre Rusia y Ucrania cada vez es más difícil no darnos cuenta que, más allá de los efectos sociales y económicos, el medio ambiente tambien es uno de los elementos más afectados, que nos lleva a un punto crítico sobre la posibilidad de cumplir con el objetivo limitar el calentamiento del planeta a tan solo 1.5 grados.
No es que la guerra sea algo nuevo o atipico. Apenas en diciembre de 2021 Joseph Biden anunciaba la retirada de las tropas americanas de Irak, tan solo dos meses después iniciaba el conflicto ruso, con la diferencia de que ahora, los países sí parecen muy consternados en el efecto medio ambiental que tiene la guerra.
No podemos negar que cada guerra afecta diferente, no es cuestión de clima, sino de geopolítica. Que Estados Unidos y sus aliados hayan estado o interviniendo en algún conflicto consistentemente desde 1950, no hace que la guerra de Rusia sea más permitida o una compensación de ejercer su derecho a la guerra.
Sin embargo, sí hay punto criticables para todos los eventos recientes, principalmente ha dejado evidencia la dependencia del petróleo y del gas, no solo de forma física a través del poderío militar, también en contexto económico que durante años fueron moneda de cambio de la nación rusa. Ahora, con la acción constante de armamento, aviones, tanques y camiones dificilmente podremos cuantificar su impacto según las emisiones de carbono.
Las leyes son silenciosas en tiempos de guerras.
Cicerón
Pero lo mismo pasa con Estados Unidos, que no ha establecido obligatoriedad al Pentagono para que sus fuerzas militares presenten información sobre las emisiones emitidas (no solo en campo, también en estrenamiento).[1]
Lo más curioso es que estos datos también nos da a ver los grandes presupuestos para la milicia, y que ciertamente no son comparables con los presupuestos dedicados al medio ambiente. Según estimaciones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente se necesita una inversión de 8.1 billones de dólares a 2050 para abordar la crisis planetaria.[2]
Debemos reconocer que tener los recursos suficientes es vital para mantener las metas y, aunque la tendencia es ascendente aún existe un déficit presupuestario en la inversión del medio ambiente.[3] Veremos si la COP27 resulta ser una cumbre exitosa si es que se logra reunir el fondo de pérdidas y daños. Al analizar el impacto militar sabemos que los recursos económicos existen, pero las necesidades del planeta no se alinean con las necesidades de los Estados.
Para más información sobre el impacto de la milicia en las emisiones GEI consulta aquí.
[1] https://www.motorpasion.com/futuro-movimiento/contribucion-guerra-al-cambio-climatico-ejercito-eeuu-seria-47o-pais-contaminante-mundo
[2] https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/comunicado-de-prensa/se-necesita-invertir-us-81-billones-en-la-naturaleza
[3]https://news.un.org/es/story/2021/08/1495462#:~:text=Hace%20m%C3%A1s%20de%20una%20d%C3%A9cada,en%20los%20pa%C3%ADses%20en%20desarrollo.